jueves, 30 de junio de 2011

New faces


The calm cloudy mornings in Cuernavaca have offered a wonderful opportunity to revisit familiar places while sitting down with a number of familiar – and completely new – faces. Among the newest faces we have come across on our trip are the beautiful twin daughters of Plinio’s cousin Avril.

As one may recall from earlier within this blog, on the same day Pablo (Avril’s brother) and Zyanya were celebrating their beach wedding ceremony near Akumal in Quintana Roo, Avril had given birth to two beautiful girls here in Cuernavaca.  Avril and her mom, Maricela, tell us their days are run by the two automatic timeclocks who run in three-hour increments between feeding, being changed, and sleeping. Having made it out of diaper duty so far, we have only spent short periods of time with them up until now. With Sr. Calabaza still in the shop we look forward to some more time with the twins and family.



Las mañanas tranquilas y nubladas en Cuernavaca nos han ofrecido la oportunidad de volver a visitar lugares conocidos y juntarnos con diferentes personas – y algunas nuevas. Entre las caras nuevas que hemos encontrado en nuestro viaje son las hermosas gemelas de Avril, prima de Plinio. Como se puede recordar de uno de los primeros capítulos de esta aventura, en el mismísimo día en que Pablo (el hermano de Avril) y Zyanya realizaron la ceremonia de su boda en playa cerca de Akumal en Quintana Roo, Avril dio a luz a dos hermosas niñas aquí en Cuernavaca.


The proud mom!


Avril y su máma, Maricela, nos comentan que sus días están programados por los dos relojes automáticos (o sea las niñas) que timbran cada tres horas entre comer, cambio de pañal, y dormir. Hasta el momento hemos escapado la responsabilidad de cambiar pañales, pero solamente hemos pasado ratos cortos con ellas. Ahora, con el Sr. Calabaza en el taller durante un par de días más, esperamos pasar más tiempo con las gemelas y su familia.



Karla - la super ayudante!


miércoles, 29 de junio de 2011

Dónde está Sr. Calabaza?

Following Sr. Calabaza’s weekend at Leobardini’s shop in Cuernavaca, we discovered in addition to checking the suspension they would once again be taking the engine block out in order to inspect ongoing concerns with a piston as well as a persistent oil pressure decrease. We also found out though we had heard Leobardini himself was out sick for a few weeks, he had in fact actually passed away in January. Rest in Peace.

His nephew had taken over the shop while his son drove Leobardini’s well decorated VW Bus to open up each morning.  After confronting the most recent series of events, Plinio was excited to see the shop mechanics already hard at work on the engine and decided to bring home a number of pieces for additional cleaning and spray paint.




Posterior al fin de semana del Sr. Calabaza en el taller de Leobardini, descubrimos que en adición a unos arreglos a la suspensión, también tendrían que volver a quitar el motor para inspeccionar ciertos problemillas con un pistón así como problemas persistentes con la presión de aceite. Además nos informaron que aunque habíamos escuchado que el Sr. Leobardini en si estaba enfermo y no iba a estar un par de semanas, en realidad el señor había fallecido en enero de este año. Que descanse en paz. Su sobrino ya se encargaba del taller y su hijo, manejando la combi VW bien decorada del Sr. Leobardini, abría el lugar todas las mañanas. Ya después de enterarnos de estos últimos acontecimientos, le dio cierto gusto a Plinio ver que los mecánicos del taller ya estaban trabajando en el motor y él decidió traer unas piezas a la casa para limpiarlas y pintarlas.


martes, 28 de junio de 2011

Tepoztlán

Energy, mysticism, breathtaking scenery, and a hike up the side of Tepozteco to a small pyramid located on a mountain cliff are some of the many reasons visitors flock to Tepoztlán, Morelos, about 30 mins. from the busy city center of Cuernavaca. Sundays in particular, when both the local food market and surrounding street stands are in full force, tend to attract families and tour groups to the area. Sundays are also busy days for baptisms at the La Natividad exconvent prominently placed in the center of town, entrance to which is an impressive archway decorated with seeds and rice, redone each year on Sept. 8th, the Day of the Virgin of La Natividad.

La energía, el misticismo, el escenario extraordinario, y la subida al Tepozteco a un pirámide con el mismo nombre  ubicado encima del precipicio de la montaña son solo algunas razonas porque la gente visitan el pueblo mágico de Tepoztlán, Morelos a unos 30 minutos de la ciudad de Cuernavaca. Sobre todo los domingos, cuando una persona puede encontrar tanto el mercado popular y el tianguis de artesanías, aparecen muchas familias y grupos de turistas en el pueblo. Los domingos también son días importantes para una cantidad de bautizos en el exconvento de La Natividad ubicado en el centro del pueblo, cuya entrada se define con un arco decorado en semillas y arroz, con una pieza nueva cada 8 de septiembre cuando se celebra el Día de la Virgen de La Natividad.



Tepoztlán was our destination for the day, where we planned to meet up with a number of friends from Morelos who had worked with us at one time in Puerto Peñasco. It was a small Peñascan-Cuernavacan reunion. Many Sunday visitors to Tepoztlán begin with a hike up the challenging one hour path to the Tepozteco pyramid looking over the small town, which has been granted “Magical Pueblo” status by the federal government. Hiking up the Tepozteco is like the steepest challenge on a stairmaster for one straight hour, and yet women in high-heels always seem to race by without a problem. At the top there is one final ladder to climb before one can collapse on the steps of the pyramid. Coming back down the Tepozteco, the traditional stop is at the market for a welcome late morning early afternoon plate of Morelos’ famous cecina (thin strips of salted beef) from the small nearby town of Yacapixtla, barbacoa (smoked goat preparation, often cooked in an underground pit), or a bowl of pancita (tripe soup though not really like Menudo from the northern part of the country).


There were also quesadillas stuffed with a selection of fillings from potatoes and strips of chile and onions (rajas), to tinga (shredded chicken in a tasty red marinade), and also tlacoyos (kind of like oval stuffed tortillas).




Tepoztlán fue nuestro destino por el día, donde planeábamos reunirnos con varios amigos de Morelos que en algún momento habían trabajado con nosotros en Puerto Peñasco. Fue una pequeña reunión Peñasquense-Cuernavacense. 





Muchos visitantes domingueros a Tepoztlán empiezan con la subida retadora de una hora al pirámide del Tepozteco con vista del pueblo y todo el valle, que por cierto ha sido otorgado el estado de “pueblo mágico” por el gobierno federal. Subiendo el Tepozteco es como subirte al nivel más difícil de una caminadora por una hora sin parar, y aun así siempre hay mujeres en tacones subiendo a toda velocidad sin ningún problema. Llegando casi a la parte de arriba, se tiene que subir una escalera vertical para por fin llegar a descansar al lado de la pirámide. Bajando del Tepozteco, una parada tradicional es en el mercado para disfrutar un desayuno/comida de la famosa cecina de Yacapixtla, Morelos, barbacoa, o quizás un rico plato de pancita. También hay quesadillas con una variedad de rellenos desde papas con rajas a tinga, y por supuesto los tlacoyos.

Having been up Tepozteco a number of times since my first visit to Tepoztlán in 1994, and considering the day started out cloudy and damp, I was somewhat relieved we would be skipping right to the market visit and brunch. The market stands were already teaming with people, sitting down to enjoy a traditional Sunday brunch in “Tepoz.”  Sliding onto the small benches on either side of narrow tables, we jotted down our orders and soon filled up on pancita, tlacoyos, quesadillas, and even a large cecina taco dish.

Dado que ya había subido el Tepozteco un sinfín de veces desde mi primera visita a Tepoztlán en 1994, y considerando que el día se veía nublado y con posibilidad de lluvias, me dio cierto gusto saber que íbamos a ir directamente a la parte del mercado para comer. Los puestos del mercado ya tenían mucha gente, sentada para disfrutar de un domingo del mercado en Tepoz. Sentaditos en unas bancas largas al lado de una mesa angosta, apuntamos nuestros órdenes y pronto estábamos muy satisfechos después de la pancita, tlacoyos, quesadillas, y aun un taco (enorme) de cecina.

From the food market, we made our way to the exconvent of La Natividad, where we observed the nicely restored drawings lining the inner arches of the building. The view over the valley from the exconvent lookout is also quite breathtaking, including a small peak at the Tepozteco pyramid. We were all impressed with the Historical Museum of Tepoztlán, located on the second floor, which contains five specific areas including habitat and population, economy, daily life, community religions, and religious fiestas. Tepoztlán boasts about having festivals practically throughout the year, among which are 153 local neighborhood celebrations. Perhaps one of the most famous dance figures from the Tepoztlán festivities is the chinelo, a prominent figure during Carnaval festivities (i.e. Mardi Gras) and whose dance is called the “brinco” (jump) of Chinelo. Chinelos can now be seen enlivening different parts of Mexico, including this past year at Puerto Peñasco’s own carnaval parade.





Saliendo del mercado, fuimos al exconvento de La Natividad, donde observábamos los dibujos restaurados dentro de los arcos magníficos en su interior. La vista del valle desde el Mirador también es sorprendente, y hasta se puede ver a distancia la pirámide encima del Tepozteco. A todos nos quedábamos impresionados con el Museo Histórico de Tepoztlán, ubicado en la planta alta y que contiene cinco áreas específicas: hábitat y población, la economía, la vida cotidiana, religiones populares, y fiestas religiosas. Se dice que Tepoztlán está de fiesta prácticamente durante todo el año, y cuenta con aproximadamente 153 fiestas en los diferentes barrios. Quizás una de las figuras más reconocidas de las fiestas de Tepoztlán es el chinelo, que es prominente sobretodo durante las fiestas de Carnaval así como su baile, el brinco del chinelo. Hoy en día se puede ver los Chinelos en diferentes partes de México, aun en las fiestas de Carnaval en Puerto Peñasco este año.


Once out of the exconvent, we walked by the packed Sunday market stalls lining the street to the side and behind the La Natividad church, offering wares from wooden dishware and clothing from Chiapas, to colorful masks and chinelos, as well as incense and aura readings – and about everything in between. We wandered by the stalls and made a stop at Tepoznives, a famously colorful ice-cream spot in Tepoztlán given the wide variety of names and flavors such as Angel’s Kiss, Flower Fair, and of course tasty vanilla and chocolate. From Tepoznieves, we wound our way down the main street packed with Sunday visitors to another popular, though perhaps not as famous, spot – Gaby’s Cheladas where we enjoyed refreshing beers served with ample amounts of lime, salt, and in some cases other spices. There we met up with another Peñascan-Cuernavacan and continued our journey through the sites, sounds, and flavors of Tepoztlán.

Saliendo del exconvento, caminamos por el tianguis y los puestos que delineaban las calles al lado y detrás de La Natividad, que ofrecen una variedad de cosas desde utensilios hechas de madera y ropa de Chiapas, así como máscaras y chinelos, y también incienso y puestos donde te leen o fotografían el aura – y cualquier otra cosa que te puedas imaginar.  Pasamos por los puestos y nos paramos en Tepoznieves, un lugar colorido bastante reconocido en Tepoztlán por su gran variedad de nombres y sabores como es Beso de Angel o Feria de Flores, y por supuesto las deliciosas variedades de vainilla y chocolate.


Del Tepoznieves, seguimos caminando por la calle central repleta con familias y visitantes domingueros hacía otro lugar conocido, aunque tal vez no tan famoso – las Cheladas de Gaby, donde tomamos un par de cervezas servidas con bastante limón y sal, y en unos casos con otras salsas. Allí nos buscó otro Peñasquense-Cuernavacense y continuamos con nuestra caminata por los sitios, sonidos, y sabores de Tepoztlán.



Antes de irnos, nos paramos una última vez cerca del mercado en el café Cacao que se especializa en bebidas de café y chocolate. Que rico!  Gracias, Nelly, por haber compartido su pueblo con nosotros, y gracias a Karla, Christina, Sergio, y Debray por otra memoria tan divertida!





Before wrapping up our day, we made one last stop back by the market, to Cacao which specializes in coffee and chocolate drinks. Tasty!  Thank you, Nelly, for sharing your beautiful hometown with us and thank you to Karla, Christina, Sergio, and Debray for another fun memory!



domingo, 26 de junio de 2011

Sites, Bikers, and Soccer

In Sr. Calabaza’s trip north through Mexico to the sandy beaches of Puerto Peñasco, Sonora, he has apparently taken it upon himself to become acquainted with different mechanics along the way. There was the brief visit with Santiago a.k.a. “Sam” in Playa del Carmen, Quintana Roo, then almost two weeks with Dashayaro in Merida, Yucatan, and let’s not forget the harrowing afternoon with the Black Angels – Julio and Javier – over the Cumbres of Maltrata in Veracruz. Now in Cuernavaca, Sr. Calabaza’s front suspension is under review at Leobardinni’s “Servicio Castro” shop. Leobardinni had worked on Plinio’s blue bug in the past (if you recall the chapters “We’ve been down this road before” Parts I and II from this blog), and statements such as “Volkswagen specialist” and “Guaranteed Work” on his front sign were also reassuring. After dropping Sr. Calabaza off on a Friday, we returned Saturday morning to find front bearings and other odds and ends on the ground, and were told the suspension concerns should be resolved by Monday. We wished Sr. Calabaza a good weekend and worked our way back to Cuernavaca’s zocalo once more to find friends and see local city attractions.


Durante la odisea del Sr. Calabaza hacía las playas arenosas de Puerto Peñasco, Sonora, aparentemente ha querido conocer diferentes mecánicos por la trayectoria del país. Tuvo la visita breve con Santiago alias “Sam” en Playa del Carmen, Quintana Roo, así como casi dos semanas con Dashayaro en Mérida, Yucatán, y como podemos olvidar a los Ángeles Negros – Julio y Javier – durante el paso por Cumbres de Maltrata, Veracruz.  Ahora en Cuernavaca, Sr. Calabaza se encuentra en el taller “Servicio Castro” del mecánico Leobardinni . Resulta que Leobardinni ya había trabajado en el vochito azul de Plinio hace años (recuerdan los capítulos en este blog de “Ya habíamos pasado por este camino” Partes I y II), y las declaraciones de “especialista en Volkswagen” y “trabajo garantizado” en su letrero nos aseguraban de su trabajo.  Después de haber dejado al Sr. Calabaza en su taller el viernes, regresamos el sábado por la mañana y encontramos los baleros delanteros del Safari en el piso, así como diferentes tornillos y otros elementos, y los mecánicos nos dijeron que los problemas de suspensión del Sr. Calabaza deberían estar resueltos para el lunes. Le deseamos al Sr. Calabaza un buen fin de semana y regresamos nuevamente al zócalo de Cuernavaca para ver si encontrábamos a otros amigos así como para ver algunos sitios de la ciudad.

As the City of Eternal Spring, Cuernavaca has long been a bustling weekend and holiday destination for families and visitors from nearby Mexico City. With its numerous waterparks, ex-haciendas, and various spots listed as UNESCO World Heritage sites, including 11 16th century convents and the archaeological ruins of Xochicalco, the state of Morelos itself offers various tourist attractions to national and international visitors alike. Since the late 1960s – early 1970s – Cuernavaca has also been one of the principal destinations in Mexico for people looking to study Spanish (coincidentally I worked at one of these schools for a number of years, Cuauhnáhuac, which is also the pre-Hispanic name of the city).

Como la Ciudad de la Eterna Primavera, por mucho tiempo Cuernavaca ha sido un destino popular para familias y visitantes de la Ciudad de México, sobre todo durante los fines de semana o en las vacaciones. Con numerosos balnearios, exhaciendas, así como varios lugares nombrados como patrimonio de la humanidad por UNESCO, incluyendo 11 conventos del siglo 16 así como las ruinas arqueológicas de Xochicalco, el Estado de Morelos en sí ofrece una variedad de atractivos tanto para el mercado nacional como internacional. Desde los finales de los 60s, principios de los 70s, Cuernavaca también se reconoce como uno de los destinos principales en México para la gente que quiere estudiar español (de hecho, trabajé en una de estas escuelas durante un par de años – Cuauhnáhuac , que por cierto es el nombre prehispánico de la ciudad).


Among the many attractions of Cuernavaca is the massive stone castle, or rather the Palacio de Cortés, sitting near the city’s central plaza, which currently graces Morelos travel guides. Built upon what are believed to be ruins from the prehispanic Tlahuican culture, this palace was the home of Spanish conquistador Hernán Cortés in the 16th century and over hundreds of years has had many uses including that of a royal jail, Palace of the Republic, Governmental Palace, and has housed the Museo Cuauhnáhuac since 1974. A fascinating part found within the Palace are Diego Rivera murals depicting the period from Cortés’ arrival in Veracruz and entry into Cuernavaca, up until the Mexican revolution led by Morelos native Emiliano Zapata.

Entre los diferentes sitios atractivos en la ciudad de Cuernavaca es un castillo masivo de piedra, es decir el Palacio de Cortés, ubicado cerca del zócalo y lo cual actualmente se encuentra en la portada de la guía turística de la ciudad. Construido encima de las ruinas prehispánicas de lo que se cree fue de la cultura tlahuica, este palacio fue la residencia del conquistador español Hernán Cortés durante el siglo 16 y durante los últimos trescientos años ha sido utilizado en diversas formas: como cárcel real, Palacio de la Republica, Palacio del Gobierno, y desde 1974 ha sido el sitio del Museo Cuauhnáhuac. Una parte fascinante dentro del Palacio son los murales pintados por Diego Rivera que muestran el periodo desde la llegada de Cortés a Veracruz y su arribo a la ciudad de Cuernavaca, hasta la revolución Mexicana encabezada por un hijo del Estado de Morelos, Emiliano Zapata.


On the day we walked by the Palacio, it was also the perfect backdrop for a group of motorcyclists, there as part of the first Women’s Motorcyclists gathering in Cuernavaca (though there were both women and men bikers). We were particularly happy to come across the group as our friend Laura was one of the principal organizers of the weekend event. Congratulations Laura – be sure to invite everyone to Puerto Peñasco’s November bike rally (now heading into its 11th year)!!


El día que pasamos por el Palacio, también ofrecía el escenario perfecto para un grupo de motociclistas, quienes formaban parte de la primera reunión de mujeres motociclistas en Cuernavaca (aunque había tanto hombres como mujeres). Nos dio gusto ver el grupo de “bikers” particularmente dado que nuestra amiga Laura fue uno de los organizadores principales del evento que abarcaban el fin de semana. Felicidades a Laura – e invitamos a todos a participar en el rally de noviembre en Puerto Peñasco (que ahora se encuentra en su 11° año)!!

Copa de Oro

That evening, we made our way to La Universal by the zócalo to join in the festivities of watching the final match of the Gold Cup soccer tournament as Mexico vied for the title against the U.S. We were joined by Mauricio, one of Plinio’s half-brothers and our friends Dave and Sue from Colorado who have been living in Cuernavaca for the past 4 years. Sue was donning an official Mexican team shirt and had brought along chocolate soccer balls to pass out with each Mexican goal. I was torn as far as who to root for, being that the US won the Gold Cup title four years ago and so maybe it was Mexico’s turn. Though I had brought along a blue bandana to help cheer for the US (though apparently all by myself), I couldn’t get past the fact that I was caught up in the emotion and thrill of wanting Mexico’s young stars (particularly Chicharito and Giovanni) to shine.

Esta misma noche, regresamos al café La Universal cerca del zócalo para ser parte de los aficionados reunidos para ver el juego final de la Copa de Oro entre México y Estados Unidos. Allí vimos a Mauricio, medio hermano de Plinio, así como nuestros amigos Dave y Sue de Colorado quienes han vivido en Cuernavaca durante los últimos 4 años. Sue llevaba una camiseta del equipo de México y había traído una bolsa de chocolates en forma de baloncitos para distribuir con cada gol del equipo mexicano. En lo personal no sabía por cual equipo aplaudir, dado que los Estados Unidos había ganado la Copa de Oro hace cuatro años y ahora quizás le tocaba a México. Aunque había llevado un paliacate azul para apoyar a los Estados Unidos (aunque aparentemente yo era la única), estaba enrollada en la emoción y esperanza de querer ver a los jóvenes de México ganar (sobre todo Chicharito y Giovanni).

The US team launched a powerful attack at the beginning of the game and came out immediately with 2 unmatched goals (If you’ve watched a 90 minute soccer game on TV, having two goals early on is quite a feat!). Going into half-time the score was still 2-0 and this was just about when the rain started and the TV signal went out, which was met with disapproving whistles from the many people gathered to cheer on the “tri-color” (nickname for the Mexican national team). Luckily, the signal was back for the second half and though it was a disappointing loss for the US, Mexico’s young stars were true to form and pulled out a 4-2 victory. We, as well as the tables around us, delighted in the chocolate soccer balls Sue handed out (though these were perhaps bittersweet when thinking about the US loss). As celebrations in the street began, which coincided with another downpour, I tucked my blue bandana away for the time being and was happy to sit back and enjoy the festive atmosphere. I’ll admit, watching soccer in the US has never been quite like this!



El equipo de los Estados Unidos empezó el juego fuerte y rápidamente metieron dos goles sin respuesta (Si alguna vez has visto un juego de futbol de 90 minutos en la televisión, el hecho de meter dos goles rápidamente al empezar un juego es impresionante!).  Para medio tiempo el marcador seguía en 2-0 – justo cuando empezó la lluvia y se nos fue la señal de la televisión, la cual recibió una ola de chiflidos de toda la gente reunida para apoyar al tri-color. Afortunadamente, la señal regresó para el segundo tiempo y aunque fue una perdida decepcionante para los Estadounidenses, las estrellas jóvenes de México mostraron su talento y lograron la victoria con un marcador final de 4-2. Nosotros, tanto como la gente en las mesas a nuestro alrededor, disfrutaron en los baloncitos de chocolate que distribuía Sue (aunque quizás fueron un poco amargos dado la pérdida de los Estados Unidos). En cuanto empezaron las celebraciones en la calle, las cuales por cierto coincidieron con otro aguacero, escondí mi paliacate por el momento y me dio gusto deleitar en el ámbito festivo. Lo que sí es cierto, viendo un juego de futbol en los Estados Unidos nunca había sido asi!


sábado, 25 de junio de 2011

En Cuernavaca fue...

Cuernavaca, Morelos. City of Eternal Spring. Home away from home. Being in Cuernavaca in some ways feels like we have completed our journey, though in reality we are only about half way. Yet, as this is Plinio’s hometown, where we first met, were married, and lived prior to moving up to Puerto Peñasco, it is just like coming home. Just as after any trip away from home, our first task was laundry. Next step was a drive to the zócalo (main city plaza) in Sr. Calabaza to see if we would run into any familiar faces at the corner restaurant La Universal, which has sat cati-corner to the impressive State Government offices since 1936.  We saw the neighboring plaza Jardín Juárez, which displays a kiosk originally designed by Gustave Eiffel in 1890 (yes, that Eiffel), was undergoing extensive renovation work. We drove around the city center, noticing a handful of other changes in front of the Palacio de Cortez; we saw the large statue of José María Morelos, a central figure from Mexico’s War for Independence, had been moved back in front of the folkart market next to the Palacio, while a new statue honoring Mexican Revolution leader Emiliano Zapata was now at the far east end of the zócalo.



Cuernavaca, Morelos. La Ciudad de la Eterna Primavera. Nuestro hogar fuera de nuestro hogar. Estando en Cuernavaca en algunas formas es como si hubiéramos terminado con nuestro viaje, aunque cuando en la realidad nos encontramos solo a la mitad del camino. Sin embargo, dado que Plinio es de aquí, y aquí es donde nos conocimos por primera vez, donde nos casamos y vivíamos antes de mudarnos a Puerto Peñasco, es como llegar a casa. Como después de cualquier viaje, nuestra primera tarea fue lavar ropa. El próximo paso fue dar una vuelta al centro y al zócalo con el Sr. Calabaza para ver si pudiéramos encontrar algunas caras conocidas en el restaurante La Universal, que ha estado contra esquina del Palacio del Gobierno del Estado desde 1936. Vimos que había un proyecto extensivo de remodelación en el Jardín Juárez donde también se encuentra un kiosko originalmente diseñado por Gustave Eiffel en 1890 (asi es, el Eiffel de la torre). Manejamos por el centro de la ciudad, y dimos cuenta de otros cambios enfrente del Palacio de Cortez; vimos que la estatua imponente de José María Morelos, un personaje central en la independencia Mexicana, ahora se encontraba enfrente del mercado de artesanías al lado del Palacio, mientras en su lugar en el lado este del zócalo había una estatua en honor al revolucionario Emiliano Zapata.







At La Universal we were warmly greeted by our favorite tobacco shop owner, Raffa, whose small tobacco shop sits next to La Universal. It was nice to see that evena number of the waiters recognized us and enthusiastically came over to greet us.  As we sat and chatted with Raffa and another amigo, Pedro, we soon realized that as much as things may change, they tend to stay the same…just getting a bit older. When we would ask about one acquaintance, we would be told – "oh, they’re the same, the same…just older".  How about another acquaintance, "oh the same, the same….just older". How about the city as a whole? Oh, the same, the same – just a bit older.


Llegando a La Universal, nos recibió con alegría nuestro tabaquero favorito, Raffa, cuya tabaquería se encuentra al lado de La Universal. Fue grato que varios de los meseros nos reconocieron y nos vinieron a saludar emotivamente. Estando allí platicamos con Raffa y otro amigo, Pedro, y nos dimos cuenta que por lo más que se cambian las cosas, también suelen quedarse igual…aunque un poco más viejo. Cuando preguntábamos por un amigo, nos decían “ah, es igual, igual, igual…pero más viejo.” Al preguntar por otro, “igual, igual, igual…pero más viejo.” Y la ciudad en sí?  Igual, igual, igual…pero un poco más vieja.


Esta noche regresamos al centro, a Los Arcos al lado del zócalo, con Marlene, media-hermana de Plinio, y nos dio gusto ver que habíamos llegado en una noche cuando el ambiente su puso alegre con música en vivo mientras un grupo tocaba canciones de salsa y cumbia, y parejas daban vueltas por el espacio pequeño de baile entre las mesas.

Antes de dirigirnos a la casa por las calles casi vacías, nos paramos en La Cubana sobre Plan de Ayala para echarnos una cenita de unos ricos tacos al pastor. Ya sentíamos en casa.


That evening, we returned to Los Arcos by the zócalo with one of Plinio’s half-sisters, Marlene, and were pleased to see we had come on a night where the atmosphere was enriched with live music as a group played salsa and cumbia into the night sky as couples swirled around the makeshift dance space between tables.








Before heading home on the nearly empty city streets, we stopped at La Cubana on Plan de Ayala for a late night delight in tacos al pastor. We felt at home.

viernes, 24 de junio de 2011

Cumbres de Maltrata: Cordoba to Cuernavaca

Highway 150 from Córdoba, Veracruz passes by the town of Orizaba located at the base of the Pico de Orizaba, which reaches up to 5,610 meters (just over 18,400 feet) and is the tallest mountain in Mexico. As we began our day we could see the Pico topped with mist from our hotel room, and though the day was clear there were clouds rolling into the high mountain passes that stood between us and the state of Puebla. We stopped for breakfast under the portales in Cordoba (arches) once more and hopped into the tourism office located conveniently within City Hall. One last stop to admire a wide selection of regional coffee, and we were back on the road with Sr. Calabaza whose timing seemed to have adjusted to the altitude quite well.

La carretera No. 150 desde Córdoba, Veracruz pasa en frente de la ciudad de Orizaba ubicada al pie del Pico que lleva el mismo nombre, que tiene 5,610 metros de altura y es la montaña más alta en México. Empezando el día en Córdoba, pudimos ver el Pico cubierto con niebla desde nuestro hotel, y aunque el día era despejado había nubes formándose sobre las montañas frente a nosotros que nos separaban del Estado de Puebla. Desayunamos en los portales nuevamente y pasamos a la oficina de turismo que se encuentre dentro del Palacio Municipal. Ya con una última parada para admirar la variedad de cafés de la región, subimos nuevamente al Sr. Calabaza; y por cierto parecía que los problemas con su tiempo se había ajustado bien al cambio de altitud.

We planned to make it to Cuernavaca that day, Plinio’s hometown, and debated whether or not we would take a side trip into the beautiful city center of Puebla to see the amazing talavera tiles or taste the exquisite mole (pronounced mole-lay) for which the area is famous. We were excited to know we would be in Cuernavaca, the City of Eternal Spring, by that evening and pleased that Sr. Calabaza was faring well with the turns and dips in the road. Yet, as we climbed past Orizaba through the Rio Blanco Canyon National Park, Sr. Calabaza suddenly began to jostle as we wound around a right-hand curve. Plinio had just enough room to pull over on the shoulder to see what was wrong. He tightened some pieces on both front tires before we eased back onto the road, being careful to watch for traffic winding slowly up the mountain pass. Before we took off, I happened to look over to my right and saw three small crosses placed on the side of the road. This spot already had a history.


Planeamos llegar hasta Cuernavaca este día, de donde es Plinio, y platicamos sobre si deberíamos pararnos o no en el centro de la hermosa ciudad de Puebla para ver azulejos de talavera o disfrutar de un platillo del mole exquisito que provenía de allí. Nos emocionábamos al saber que estaríamos en Cuernavaca, la Ciudad de la Eterna Primavera, por la tarde y nos dio gusto ver que Sr. Calabaza iba bien subiendo por el camino sinuoso. Sin embargo, después de pasar la ciudad de Orizaba, íbamos subiendo por el Parque Nacional Cañon del Rio Blanco (o sea Cumbres de Maltrata) cuando de repente Sr. Calabaza empezó a temblar en la parte de enfrente justo en el momento que íbamos por una curva hacía la derecha. Plinio apenas tuvo el espacio suficiente en el acotamiento para parar e inspeccionar que había pasado. Ajustó unas piezas de las llantas delanteras antes de que regresáramos con mucho cuidado al camino. Antes de empezar nuevamente, miré hacia la derecha y pude ver tres cruces allí al lado de la carretera. Este lugar ya tenía su historia.

Moving back slowly onto the highway, we felt Sr. Calabaza’s front end shake once more and found another place to pull off – on a straighter, larger shoulder than the one before. As Plinio got out to examine the situation, I opened the glove box to offer a short prayer to the image of our Virgin of Guadalupe we had tucked away in there – as well as to St. Cecilia and St. Rocco back in Chicago (our niece and nephew).




Suddenly, two mechanics drove up and parked in front of us. It is worth noting that along this particular stretch of road there were numerous mechanics cruising up and down the highway looking for anyone who may need assistance; Julio and Javier had shown up just in time. We later saw members from the “Green Angels” group, which is a federal tourist assistance service to help drivers with car problems along many of the country’s highways. Julio and Javier, donning black t-shirts and caked in grease, told us they were known as the “Black Angels.”


Estando nuevamente en la carretera pudimos sentir que la parte delantera del Sr. Calabaza empezó a agitarse otra vez y encontramos otro lugar para pararnos, que era un poco más estrecho y recto a lo anterior. Plinio salió a examinar la situación y yo abrí la guantera para ofrecer una pequeña oración a la imagen de la Virgen de Guadalupe que teníamos allí – así como a Santa Cecilia y a San Rocco en Chicago (mis sobrinos). De repente se pararon dos mecánicos  y se estacionaron en frente de nosotros. Cabe mencionar que había varios mecánicos paseando por esta parte de la carretera, en busca de personas que requerían ayuda; Julio y Javier habían llegado justo a tiempo. Más adelante encontramos a los “Ángeles Verdes”, que es un servicio de ayuda federal que proporciona asistencia a la gente con problemas con sus vehículos por las varias carreteras del país. Julio y Javier, que llevaban camisetas negras y quienes estaban cubiertos en grasa y aceite, nos informaron que se conocen como los “Ángeles Negros.”

Once Julio, Javier, and Plinio examined Sr. Calabaza a bit more they determined his left-front tire bearing had had it. They swiftly removed the tire, and the broken bearing, and the Black Angels set out to get a new one. About an hour later, after we had been passed by numerous trucks, commercial buses, and a few military convoys, Julio and Javier returned and quickly set about getting Sr. Calabaza road worthy once more. Meanwhile, I worked to get caught up on some work from back home, plus as a way to keep my mind off of the storm clouds moving our way.

En cuanto Julio, Javier, y Plinio habían examinado el Sr. Calabaza otro poquito, determinaron que había fallado un balero de enfrente. Quitaron la llanta rápidamente, y el balero, y los Ángeles Negros salieron en busca de refacciones. Como una hora después, ya que nos habían pasado un gran cantidad de camiones, autobuses, y unos cuantos vehículos militares, regresaron Julio y Javier y se pusieron a cambiar el balero para que Sr. Calabaza pudiera regresar al camino de nuevo. Mientras, yo me dedique a terminar unos trabajos pendientes en la compu, y también para desviar mi atención de las nubes oscuras que venían hacía nosotros.  




Once the tire was back on, Julio and Javier said they would follow us up the highway for a bit to see how we were faring. We did well for about 2 minutes until once again Sr. Calabaza’s front end went into a rendition of the twist. We pulled off once more, just before the road continued climbing up around a left-hand turn. After further inspection, the Black Angels and Plinio realized the joint (rótula) on the left-hand tire was loose. As they put all efforts into tightening the joint, heavy raindrops began to fall and we all sought solace within our respective vehicles for a few minutes.


Ya con la llanta puesta de nuevo, Julio y Javier nos dijeron que irían atrás de nosotros por un tiempo para ver como avanzábamos. Íbamos bien por unos 2 minutos hasta que de repente la parte delantera del Sr. Calabaza empezó a demostrar su versión del baile Twist. Nos paramos nuevamente, justo antes de una curva que seguía subiendo la montaña a la izquierda. Con más inspección, los Ángeles Negros y Plinio se dieron cuenta que la rótula de la llanta delantera del lado del chofer estaba floja. Estaban concentrándose en apretarla cuando empezaron a caer gotas pesadas de lluvia y todos buscamos el confort dentro de nuestros vehículos respectivos por unos cuantos minutos.

Once the rain stopped, the Black Angels and Plinio were able to tighten the joint and once again Julio and Javier followed us as we eased our way back onto the highway. Sr. Calabaza’s shake was gone. We cautiously moved on around the first bend, then another, and another. With no airbags to speak of, I placed the large duffel carrying Sr. Calabaza’s cover on my lap as a type of reassurance. What this would actually do, I had no idea, but it seemed like a good pillow for the time being.

Cuando se paró la lluvia, los Ángeles Negros y Plinio ya pudieron apretar la rótula y por segunda vez Julio y Javier nos siguieron muy despacio al subirnos a la carretera de nuevo. Ya no temblaba el Sr. Calabaza, e íbamos con mucho cuidado pasando la primera curva, y luego otra, y otra. Como el Sr. Calabaza no cuenta con bolsas de aire, puse la bolsa que llevaba la cubierta del Sr. Calabaza en mis piernas como algún tipo de elemento de seguridad. Realmente no tenía idea en que me pudiera ayudar esta bolsa, pero me pareció buena almohada en el momento.

Julio y Javier nos siguieron por unos minutos, y después se pararon a ayudar a una pick-up con un remolque tipo recreacional (RV) con placas de Tejas. Pasando unos minutos pudimos verlos nuevamente atrás de nosotros al acercarnos al pueblo de Esperanza, en el Estado de Puebla. Allí ellos se pararon a ayudar a un Nissan al lado de la carretera, y así fue nuestra última visión de los Ángeles Negros.



Los Angeles Negros

Julio and Javier were behind us for a few minutes, and then stopped briefly to help a pick-up and RV with Texas plates. We soon spotted them behind us once more as we made our way to Esperanza (Hope) in the state of Puebla, where they turned off again to help a stranded Nissan on the side of the road; that was our last glimpse of the Black Angels.


Por el momento Sr. Calabaza dejó de vibrar y manejamos por la ciudad de Puebla, ya tomando la decisión mutua de no pararnos a probar el mole, y seguimos por una carretera relativamente nueva hacía Atlixco.







La carretera pasaba al lado del famoso volcán Popocatepetl (el Popo) y seguía hacía el Estado de Morelos. Ya casi llegábamos!  En Cuautla, nos paramos en una vulcanizadora para darle una revisión al Sr. Calabaza, ajustar los frenos que estaban apretados y a ponerle aceite a los diferenciales. Continuamos, pasando por Yautepec y el Cañon de Lobos y por las afueras de la ciudad del lado Oriente. Llegamos en frente del portón de la casa de mis adorados suegros justo en el momento que desapareció el sol y antes de que empezara la lluvia, y nos esperaban unos riquísimos chiles rellenos preparados por Roberto. Nosotros, junto con el Sr. Calabaza, habíamos llegado a la Ciudad de la Eterna Primavera!!


Sr. Calabaza’s shakes seemed to have been healed for the time being and we managed to drive around the city of Puebla, both agreeing to  not stop for mole, and onto the relatively new toll highway toward Atlixco. The road wound around the left-side of Mexico’s famed volcano Popocatepetl (Popo) and down into the State of Morelos. We were almost there!  In Cuautla, Sr. Calabaza stopped for another quick check of things – review of brake pads which were tight and a look at the oil within the rear differentials - before we continued on the freeway through Yautepec and the Cañon de Lobos (Wolves Canyon) and into the sprawling outskirts of Cuernavaca. We drove up to the front gate at my in-laws as the sun disappeared and just before the heavy rains began to fall; there we were met with delicious plates of chiles rellenos prepared by Roberto. We, along with Sr. Calabaza, had made it to the City of Eternal Spring!