In downtown Celaya there are three prominent features located close together: the Cathedral of San Francisco, the Independence column built for the 2nd anniversary of Mexico’s Independence from Spain, and a huge water tank, “La Bola de Agua,” built in 1910 (by Eiffel - yes, that Eiffel) and still in operation.
Among the items Celaya is known for are the rich caramel candies, toppings, and spreads – cajeta – made out of goat’s milk. On our final morning in Celaya, Yite, Xochitl and their sons Yael and Dariel took us for breakfast downtown before we headed back to the house to pack up Sr. Calabaza once more for a careful trek (minus one brake) to Guadalajara in search of the VW Safari Master.
En el centro de Celaya, hay tres características prominentes, todos ubicados cerca uno al otro: la Catedral de San Francisco, la columna de Independencia que se erigió al segundo aniversario de la Independencia Mexicana de España, y la gran “Bola de Agua,” un tanque de agua construido por Eiffel (si, EL Eiffel) en 1910 y que sigue en operación.
Entre los artículos conocidos en Celaya son los ricos dulces de caramelo así como la cajeta, hechos con leche de cabra. En nuestro último día en Celaya, nuestros anfitriones Yite, Xochitl y sus hijos Yael y Dariel, nos llevaron al centro a desayunar antes de regresarnos a la casa para empacar nuestras cosas en Sr. Calabaza y continuar con nuestro viaje cuidadosamente (sin uno de los frenos) a Guadalajara en busca del “Sensei” de los VW Safaris.
Our hosts made sure we had extra sandwiches and iced tea for the journey, in addition to a bucket of random sized nails in case we were faced with the need to cancel another brake line with such advanced technology. Once our packs were loaded up, and a small piece of Sr. Calabaza’s front end was left as a souvenir with Yite and Xochitl, we began the drive from Celaya toward Salamanca. Just before Salamanca, we turned South toward the Laguna of Cuitzeo and the Michoacan state line. Along the way we were rained on as we went over a small mountain pass and, after hearing a small squeak, stopped once to make sure the tires were secure (in fact, we were missing the small wire pin from the right rear tire). We drove on to Michoacan and over the bridge spanning the Laguna of Cuitzeo and merged onto the toll highway No. 15, headed toward Guadalajara.
Antes de salir, nuestros anfitriones aseguraron que tuviéramos unos sándwiches extras y té helado para el camino, así como un bote de clavos y tornillos de diferentes tamaños en caso de tener que cancelar otra línea de frenos con dicha tecnología. En cuanto las mochilas estuvieron arriba del Sr. Calabaza, quien por cierto decidió dejar un pedacito como recuerdo para nuestros anfitriones, empezamos la manejada desde Celaya hacía Salamanca. Un poco antes de llegar a Salamanca, salimos hacía el Sur y a la Laguna de Cuitzeo, así como la línea estatal con Michoacán.
En el camino nos llovió al subir por un pequeño pase a una montañita, y ya que escuchábamos un rechinido nos detuvimos para que Plinio pudiera asegurar que todas las llantas venían seguras (por cierto, faltaba una chaveta de seguridad en la tuerca de la llanta derecha trasera). Seguimos el camino a Michoacán y por el puente que pasa por la Laguna de Cuitzeo, y luego subimos a la autopista No. 15 dirigiéndose a Guadalajara.
En el camino nos llovió al subir por un pequeño pase a una montañita, y ya que escuchábamos un rechinido nos detuvimos para que Plinio pudiera asegurar que todas las llantas venían seguras (por cierto, faltaba una chaveta de seguridad en la tuerca de la llanta derecha trasera). Seguimos el camino a Michoacán y por el puente que pasa por la Laguna de Cuitzeo, y luego subimos a la autopista No. 15 dirigiéndose a Guadalajara.
Laguna de Cuitzeo |
What we couldn’t see from the high mountain tops as we made our way down to the La Piedad/Zamora exit while still in Michoacan, was a small group of protestors that had successfully blocked both sides of the wide highway. The protestors, mainly consisting of women, children and young men, were holding signs calling for the PFP (Federal Protective Police) to get out of Michoacan. By the time we reached the blocked highway, we were only about three or four car lengths behind the protestors.
La autopista No. 15 entre las ciudades de Morelia, Michoacán y Guadalajara, Jalisco contiene un sinfín de subidas y bajadas rápidas. Al Sr. Calabaza todo iba bien y alcanzamos una velocidad máxima de hasta 85 kms. por hora! Plinio se detuvo una vez para ajustarle el tiempo, dado los cambios en altitud, e instalamos las ventanas traseras al ver que se nos acercaban nubes lluviosas.
Lo que no pudimos ver desde las alturas de las montañas en seguir la autopista hacía el entronque a La Piedad/Zamora, todavía estando en Michoacán, era un grupo pequeño de manifestantes que exitosamente habían bloqueado los dos lados de la autopista. Los manifestantes, la mayoría de los cuales eran mujeres, niños y jóvenes, llevaban letreros hechos a mano diciendo que querían que saliera el PFP de Michoacán. Llegando a la parte bloqueada de la autopista, éramos como el tercer o cuarto vehículo en la línea.
Lo que no pudimos ver desde las alturas de las montañas en seguir la autopista hacía el entronque a La Piedad/Zamora, todavía estando en Michoacán, era un grupo pequeño de manifestantes que exitosamente habían bloqueado los dos lados de la autopista. Los manifestantes, la mayoría de los cuales eran mujeres, niños y jóvenes, llevaban letreros hechos a mano diciendo que querían que saliera el PFP de Michoacán. Llegando a la parte bloqueada de la autopista, éramos como el tercer o cuarto vehículo en la línea.
After nearly an hour wait, with vehicles stretching for at least a mile in either direction, the protestors moved off the highway and we kept rolling on into the State of Jalisco. Up ahead, dark rain clouds were broken up with intermittent streaks of lightning as we neared Guadalajara. We had enough time to put on our front windows and get gas before the sky opened up for our final decent into one of the largest cities in Mexico. We cut our way across the city on one of the main traffic arteries, and headed toward the neighboring municipality (suburb) of Zapopan somewhere near the shop of the Safari Master. Following a successful day of relying on three brakes, suddenly the left-side rear brake line burst and left us once again without brakes – this time in a torrential rainstorm along one of Guadalajara’s busy roads. Somehow, through Plinio’s past experience of driving brakeless in his ’72 vochito as well as a ’74 Datsun, we managed to drift our way to a parking spot meant for the Fire Department right in front of the local Chamber of Commerce.
Después de casi una hora, y con medio kilómetro de vehículos formaditos, los manifestantes de repente se quitaron de la autopista y pudimos seguir hacía el Estado de Jalisco. En frente de nosotros, unas nubes oscuras se iluminaban de vez en cuando con rayos mientras nos acercábamos a Guadalajara. Tuvimos tiempo para instalar las ventanas delanteras y echar gasolina y aceite antes de que el cielo se cerró por completo para nuestro descenso a una de las ciudades más grandes de México. Cruzamos la ciudad por una de sus avenidas principales y fuimos hacía el municipio de Zapopan, cerca del taller del “Sensei”. Después de pasar un día exitoso con solo tres de los cuatro frenos, de repente falló el freno trasero del lado izquierdo y nuevamente nos dejó sin frenos – ahora en medio de un aguacero por uno de los caminos más transitados en el área de Guadalajara. De alguna manera, dado su experiencia en encontrarse sin frenos en su vochito de ’72 o cuando manejaba un Datsun de ’74, Plinio logró estacionar el Sr. Calabaza en una parada que era para los bomberos en frente de la Cámara de Comercio.
Following a number of helpful phone calls back to Celaya, as the rain let up we eased our way back onto the road and made it to a gas station where we worked to improve our time as a pit crew and cancel the other brake line now that we had a wide selection of nails provided to us that morning by our Celaya hosts.
We lifted the Safari up on a tire jack, took off one end of the brake line placed a nail into the connector and adjusted it (keeping it loose), we then cleaned the line by pumping the brakes in order to finally tighten the connector. There we checked, by once again pumping the brakes, that the leak was gone. Having brakes once more, at least the two front ones, we made our way toward the area by the Expo Guadalajara Convention Center, and to a hotel just around midnight following a long day. The next day we would seek out the Safari Master.
We lifted the Safari up on a tire jack, took off one end of the brake line placed a nail into the connector and adjusted it (keeping it loose), we then cleaned the line by pumping the brakes in order to finally tighten the connector. There we checked, by once again pumping the brakes, that the leak was gone. Having brakes once more, at least the two front ones, we made our way toward the area by the Expo Guadalajara Convention Center, and to a hotel just around midnight following a long day. The next day we would seek out the Safari Master.
Después de varias llamadas a nuestros amigos en Celaya, cuando la lluvia empezó a disminuirse, salimos nuevamente con mucha precaución a vuelta de rueda a la calle en primera velocidad (utilizando el freno de mano al ‘max’), y a una gasolinera donde trabajamos en mejorar nuestro tiempo como equipo de “pit stops” y cancelar la otra línea de frenos, ya que teníamos una selección amplia de clavos que nos regalaron los amigos de Celaya (Gracias otra vez Yite y Xochitl!).
Levantamos el Safari con el gato, quitamos un extremo de la línea de los frenos, colocamos un clavo en el conector, colocamos el conector (flojo), y allí purgamos los frenos bombeando el pedal para apretar finalmente el conector. Allí verificamos, bombeando los frenos, que ya no tenía fuga. Ya con frenos de nuevo, aunque nada más fueron los dos delanteros, fuimos hacía el área cerca del Expo Guadalajara y a un hotel cerca de la medianoche después de un largo día. El próximo día nos pondríamos a buscar el “Sensei” de los VW Safari.
Levantamos el Safari con el gato, quitamos un extremo de la línea de los frenos, colocamos un clavo en el conector, colocamos el conector (flojo), y allí purgamos los frenos bombeando el pedal para apretar finalmente el conector. Allí verificamos, bombeando los frenos, que ya no tenía fuga. Ya con frenos de nuevo, aunque nada más fueron los dos delanteros, fuimos hacía el área cerca del Expo Guadalajara y a un hotel cerca de la medianoche después de un largo día. El próximo día nos pondríamos a buscar el “Sensei” de los VW Safari.
Wao!!!!... gracias Samy y Plinio me siento toda una artista saliendo en su blog!!!...y ese bote de clavitos, había tenido toda una vida con nosotros que bueno que les sirvió, se los dimos con mucho carño!!!...sigan disfrutando de su viaje!!! y tambien gracias por su visita...espero reunirnos pronto nuevamente... abrazos!!!!
ResponderEliminarNow that I have finished gasping, laughing, mopping my brow, clutching my chest in amazement, I can write. What an adventure...and to imagine Eiffel being a participant of this adventure with Sr. Calabaza and 'youse' all in various places of this incredible journey!!! Your 'pit crew' heroics keep me in suspense and your 'gift of a jar of nails' truly is a life-send!! I can taste and smell the cajeta spread and now when in FOOD TOWN I will stop in front of the display and thank the townspeople for watching over you! Plinio, your heroic history of driving with no brakes prepared you for another moment such as this.....whew! Amazing! I was happily with you as you drove to the mountains and then the suspense began once more!! Well you certainly 'nailed' your arrival! abrazos! 'rents
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