We woke up in Tequila, Jalisco to the sound of church bells and dogs barking. The church bells began around 7 a.m. while thick clouds hung low over the valley that makes up this part of the Agave Landscape, which usually has a blue tint from all of the navy bluish-grey arms (pencas) of agave plants reaching up to the sky. Sunday morning in the central plaza was just as busy as Saturday evening, with families spilling in and out of the principal church located on the square, precisely along the popular “Tequila Route.” We had breakfast at a small open air café by the church and then I wandered around some of the market stands nearby before stopping into a corner shop offering the fine tequilas from the local La Cofradia distillery. Being about 10 a.m. on a Sunday morning, it was only appropriate to enjoy a brief tequila tasting.
Nos despertamos en Tequila, Jalisco al repicar de las campanas de la iglesia, así el ladrar de los perros a la distancia. Las campanas de la iglesia empezaron a sonar a las 7 de la mañana y una capa de nubes cubría el valle que es parte del Paisaje Agavero, lo cual normalmente posea un color medio azul-gris por las pencas del agave azul estrechándose hacía el cielo. La plaza del centro por la mañana del día de domingo estaba repleta con gente, igual como la noche anterior, y familias entraban y salían de la iglesia principal del zócalito ubicado directamente en “La Ruta de Tequila.” Desayunamos en un café abierto cerca de la iglesia y después fui a inspeccionar los puestos que formaban un pequeño mercado allí mismo, y luego pasé a una tiendita en la esquina que ofrecía las tequilas finas de la destilería de tequila La Cofradia. Ya siendo como las 10 de la mañana del domingo, pues era un momento apropiado para entrarle a una degustación de tequilas.
Back at our ”hotel/casa” La Gran Señora, which only offers eight very comfortable rooms around a small patio garden, we gathered our things and walked around the corner to where Sr. Calabaza had enjoyed an evening under a private covered parking space. We decided to take the freeway (la libre) toward Magdalena, where we could then hop on toll road No. 15 once more as it made its way North. In reading about Magdalena, Jalisco, which is also part of the broader World Heritage Site of the Agave Landscape, the small town is additionally known for the quality of opals found in the area.
Regresando al “hotel/casa” La Gran Señora, la cual solamente ofrece ocho cuartos muy cómodos alrededor de un jardín y patiecito, empacamos nuestras cosas y fuimos a pie al estacionamiento privado donde el Sr. Calabaza había disfrutado de una noche bajo techo. Decidimos tomar la libre hacía Magdalena, desde donde pudimos subirnos a la autopista No. 15 de nuevo y seguir al Norte. Leyendo un poco más sobre Magdalena, la cual también es parte del amplio Paisaje Agavero nombrado como Patrimonio de la Humanidad, aprendimos que adicionalmente el pueblo se conoce por la calidad de los ópalos que se puede encontrar cerca de allí.
We made our way back onto Highway 15 and began our journey through the steep barrancas (cliffs) that climb out of the agave valleys and then down into the State of Nayarit. Pleased with the time we were making, after passing outside of the State capital of Tepic, we chose to veer Southwest to the small portside town of San Blas.
Tomamos la autopista No. 15 y empezamos nuestro viaje por las barrancas que suben de las valles de agave y luego bajan al Estado de Nayarit. Felices con nuestro avance, ya pasando el capital de Tepic decidimos salir hacía el puerto de San Blas. En el camino a San Blas, pasamos grandes árboles de mango cargados con sus frutos.Seguimos y pasamos por puestecitos al lado de la carretera que ofrecían cajas de mangos frescos o vasos con mango picado, junto con su chile y limón.
En San Blas, pasamos al muelle (conocido por los fans del grupo Maná), y luego buscamos donde pudiéramos ver el Océano Pacifico. Sr. Calabaza exitosamente ya había cruzado desde los aguas turquesas y playas blancas del Caribe a sentarse en la arena más oscura de la Riviera Nayarit.
Tomamos la autopista No. 15 y empezamos nuestro viaje por las barrancas que suben de las valles de agave y luego bajan al Estado de Nayarit. Felices con nuestro avance, ya pasando el capital de Tepic decidimos salir hacía el puerto de San Blas. En el camino a San Blas, pasamos grandes árboles de mango cargados con sus frutos.Seguimos y pasamos por puestecitos al lado de la carretera que ofrecían cajas de mangos frescos o vasos con mango picado, junto con su chile y limón.
En San Blas, pasamos al muelle (conocido por los fans del grupo Maná), y luego buscamos donde pudiéramos ver el Océano Pacifico. Sr. Calabaza exitosamente ya había cruzado desde los aguas turquesas y playas blancas del Caribe a sentarse en la arena más oscura de la Riviera Nayarit.
On our way to San Blas, we zipped past large mango trees bearing a tremendous amount of fruit. We passed road side stands offering fresh mangos, or cups of mango slices along with lime and a dust of chile powder. Once in San Blas, we made our way to the town’s dock area (familiar to many Maná fans), and then sought out a spot where we could see the Pacific Ocean. Sr. Calabaza had made his way successfully from the turquoise waters and white sands of the Caribbean to the darker sands of the Nayarit Riviera.
San Blas, Nayarit |
Como todavía teníamos mucha luz antes de que bajara el sol, decidimos regresar a la autopista y hacía el norte, pensando que tal vez pudiéramos pernoctar en Mazatlán. Dado que al Sr. Calabaza todavía no le había dado el gusto de conocer a un mecánico, ni una llantera, o especialista de frenos en Nayarit, al acercarnos a la salida de Rosamorada, el Safari decidió remediar esta situación y empezó a emitir un rechinido espantoso del lado delantero del pasajero. Salimos al acotamiento y Plinio levantó el Safari con el gato, le quito la llanta y vio que uno de los baleros estaba echándose a perder. Pero, con mucha sabiduría Plinio había comprado unos baleros de refacción estando en Cuernavaca. Sin embargo, no iba a ser así de fácil ya que el anillo del balero estaba pegado al mango (eje de la llanta) y de plano no quería salir. Afortunadamente, Plinio había quitado los rodillos del balero dañado con mucho cuidado por si acaso tuviéramos que reponerlo para poder llegar, a vuelta de rueda, a Rosamorada (que por cierto, así fue – lavó los pedacitos del balero con gasolina, utilizando un tapón de la llanta como recipiente, posteriormente colocó todos los pedacitos en su posición, ayudándose de grasa para mantenerlos en posición y volver a montar el tambor).
We pulled off the highway as a screeching squeal began to arise from the passenger’s side front tire once more. Plinio quickly lifted the Safari up on a jack, took off the tire and saw one of the bearings was beginning to fall to pieces. Yet, he had wisely purchased additional bearings back in Cuernavaca so we were prepared for such an eventuality. However, it was not going to be that simple as the bearing ring was actually stuck on the axle and did not want to budge. Luckily, Plinio had carefully removed the teeth of the bearing just in case he needed to try and replace it so we could limp our way to Rosamorada.
An advantage of traveling along the toll-road is that there is, to a certain extent, a type of insurance that covers you on your journey. In addition, highway workers may be seen from time to time cruising up and down specific areas in order to remove debris or other hazards from the road. One such three man contingent of highway workers, dressed in Sr. Calabaza orange from head to toe, appeared just in time to watch Plinio carefully replace the bearing and help him put the tire back on. They informed us Rosamorada was only about 2 or 3 kilometers off the highway, and though it was Sunday (and the under-17 Mexican soccer team was playing in the finals of the World Cup) we would be able to find a tire shop. They were correct and as we made our way over the train tracks into Rosamorada, we found a tire shop and set to work at banging away to get the bearing ring off.
Una de las ventajas de viajar por la autopista es que hay, hasta cierto punto, un tipo de seguro que te cubre en el camino. Además, de vez en cuando se puede ver grupos de trabajadores de la autopista dando vueltas para darle mantenimiento al camino y quitar basura, llantas, etc. Un contingente de tres trabajadores de la autopista, vestidos de pies a cabeza con color Sr. Calabaza, se pararon al lado de nosotros justo en el momento que Plinio armaba el balero dañado de nuevo y le ayudaron a reponer la llanta. Nos informaron que Rosamorada estaba solo a unos 2 o 3 kilómetros, y aunque era domingo (y el equipo Mexicano sub-17 ya estaba por empezar el juego final de la copa mundial) allí encontraríamos una llantera. Tenían toda la razón y al cruzar la vía dirigiéndonos al centro de Rosamorada vimos una llantera y nos prestó la herramienta que necesitábamos para llevar a cabo la reparación – un martillo, un cincel grande, y su gato hidráulico.
Una de las ventajas de viajar por la autopista es que hay, hasta cierto punto, un tipo de seguro que te cubre en el camino. Además, de vez en cuando se puede ver grupos de trabajadores de la autopista dando vueltas para darle mantenimiento al camino y quitar basura, llantas, etc. Un contingente de tres trabajadores de la autopista, vestidos de pies a cabeza con color Sr. Calabaza, se pararon al lado de nosotros justo en el momento que Plinio armaba el balero dañado de nuevo y le ayudaron a reponer la llanta. Nos informaron que Rosamorada estaba solo a unos 2 o 3 kilómetros, y aunque era domingo (y el equipo Mexicano sub-17 ya estaba por empezar el juego final de la copa mundial) allí encontraríamos una llantera. Tenían toda la razón y al cruzar la vía dirigiéndonos al centro de Rosamorada vimos una llantera y nos prestó la herramienta que necesitábamos para llevar a cabo la reparación – un martillo, un cincel grande, y su gato hidráulico.
By the time the former bearing, and ring, were off and a new one set into place, the young Mexican soccer team had defeated Uruguay 2-0 in the finals of the under-17 World Cup. The helpful tire shop owner told us we would find more lodging options, with internet and parking, if we continued on the freeway toward Acaponeta, still in Nayarit. We thanked him for his willingness to venture out on a relaxing Sunday afternoon to help us, and were on our way.
Cuando le habíamos quitado el balero y anillo dañado de la llanta, e instalado uno nuevo, el equipo mexicano sub-17 ya le había ganado a Uruguay 2-0 en la copa mundial. El encargado de la llantera (o más bien lugar de talachas) nos recomendó irnos hacía Acaponeta, todavía en Nayarit, donde pudiéramos encontrar más hoteles con internet y estacionamiento. Le agradecemos por su disposición de ayudarnos a reparar el Safari, sobre todo en una tarde relajante de domingo, y seguimos el camino.
Cuando le habíamos quitado el balero y anillo dañado de la llanta, e instalado uno nuevo, el equipo mexicano sub-17 ya le había ganado a Uruguay 2-0 en la copa mundial. El encargado de la llantera (o más bien lugar de talachas) nos recomendó irnos hacía Acaponeta, todavía en Nayarit, donde pudiéramos encontrar más hoteles con internet y estacionamiento. Le agradecemos por su disposición de ayudarnos a reparar el Safari, sobre todo en una tarde relajante de domingo, y seguimos el camino.
The road to Acaponeta from Rosamorada, Nayarit was astonishingly beautiful with small patches of rain along the way. As the sun was beginning to set, rays of light shone through the rain and produced a series of rainbows to guide us along our route. Just before reaching Acaponeta, we crossed a small bridge as the sun crept down the sky. We had had yet another adventurous day!
La libre entre Rosamorada y Acaponeta este día fue increíblemente bella con parchecitos de lluvia esporádica. Como ya iba bajando el sol, unos rayos de luz pasaban por la lluvia y producía una serie de arco iris que nos acompañaban en la ruta. Justo antes de llegar a Acaponeta, cruzamos un puentecito mientras el sol bajaba. Ya habíamos vivido otro día de aventura!
La libre entre Rosamorada y Acaponeta este día fue increíblemente bella con parchecitos de lluvia esporádica. Como ya iba bajando el sol, unos rayos de luz pasaban por la lluvia y producía una serie de arco iris que nos acompañaban en la ruta. Justo antes de llegar a Acaponeta, cruzamos un puentecito mientras el sol bajaba. Ya habíamos vivido otro día de aventura!
Atardecer / Sunet Acaponeta, Nayarit |
¡Genial!, aparte de ilustrativo y viajero ¡clases de mecánica!...
ResponderEliminarTodo en uno.
Sigan de disfrute
Hammeken
... me produce una extraña fascinación el seguir su blog, muchos lugares bellos, paisajes deslumbrantes, personas amenas y dispuestas a la ayuda, comida deliciosa, muchos amigos...wow.!...simplemente me encanta..! 8)
ResponderEliminarpues habia lugares !
ResponderEliminaro te lo reservamos para el tour 2012, despues de que se acabe el mundo.