I have spent my mornings on this trip actually working, which is the beauty of having all your work responsibilities online. Yet, I must admit, it is also challenging to maintain discipline with the soft breeze floating through the palm fronds just outside, a hammock tempting me on the patio and sounds of the sea sailing over the jungle to our front door. If we can stay on track, we have the afternoon to play and explore.
He intentado pasar las mañanas trabajando durante este viaje, lo cual es una maravilla de tener la mayoría de mis responsabilidades laborales en línea. Aunque, debo decir, es un reto mantener la disciplina con el airecito rico pasando por las palmeras, una hamaca tentadora en el patio, y el sonido del mar pasando por la selva hasta entrar por nuestra puerta. Si nos mantenemos enfocados, podemos salir a jugar y explorar todas las tardes.
After putting the seat back in Sr. Calabaza, and once my morning work was complete, we headed south of Akumal and to the archaeological ruins of Tulum about 20 minutes away. Along the highway we passed large signs inviting tourists to swim with dolphins, dive in a cenote, ride a zip-line through the jungle, or simply bask in the Mayan riviera sun. After parking the pick-up Pablo lent us for the day, we debated whether to take the 20 peso/person ride on a type of trolley train up to the ruins, or just walk up the path. Plinio exclaimed, “we’ll walk, it’s like strolling along a par 4 and a par 5 back at home” (thanks, Las Palomas course back in Puerto Penasco).
Después de regresarle el asiento al Sr. Calabaza, y en cuanto terminé con los trabajos del día, nos dirijimos hacía el sur de Akumal y a las ruinas arqueológicas de Tulum a unos 20 minutos de distancia. Por la carretera podíamos ver grandes letreros invitando a los turistas a nadar con delfines, bucear en un cenote, subirse a un “zip-line” por la selva, o simplemente tomar el rico sol de la riviera Maya. Llegando a Tulum estacionamos el pick-up que Pablo nos había prestado por el día, y platicamos si deberíamos tomar el trenecito que ofrecen a 20 pesos/persona hasta las ruinas, o caminar. Plinio afirmó, “vamos a caminar, es tan solo como caminar por un par 4 y un par 5” (gracias, Las Palomas).
We wound our way up the path, paid our entrance fees and found ourselves among the iguanas and butterflies scattered across the bleached limestone rocks of Tulum. Having both been to this spot in the past, separately, we noted the new fences and ropes now keeping people away from certain areas. The small beach located in the inlet just below the main castillo, for example, is now a reforestation area and protects turtle nests. Still, the ruins of Tulum is one of the marvels that cannot be missed if one finds themselves anywhere near the coast of Quintana Roo.
Seguimos el camino, pagamos los boletos de entrada y nos encontramos entre las iguanas y mariposas que poblaban la blanca piedra caliza de Tulum. Ya que los dos habíamos llegado a este lugar en el pasado, aunque fue por separado, nos dimos cuenta que ahora hay algunas rejas y cuerdas para que la gente no pase a ciertas áreas. La playita ubicada en la caleta justo al lado del castillo principal, por ejemplo, ahora es una zona de reforestación y un área de protección de los nidos de tortugas. Aún así, las ruinas de Tulum es uno de los lugares maravillosos que no se puede perder si te encuentras cerca a la costa de Quintana Roo.
Given the number of iguanas sprawled across rocks, in the shade, or casually strolling across walking paths throughout the ruins at Tulum, Plinio and I made up our own silly game as we strolled back along the “par 4 and par 5” stretch to the car (for those who like camp games, think “I’m going on a trip and I’m going to take….”) – it’s called “Iguana (iwanna) Cerveza.” The first person begins by saying Iguana (and something starting with “a”), the next one continues with Iguana (something starting with “b”), etc. etc. We made it up to “s” before stepping into the folkart, tourist information, papantla dancer plaza near the parking lot. There, for 50 pesos, we were able to snap a shot of the elaborate costumes of the papantla dancers (whose performance includes dangling from a tall pole). Back in the car, we headed to the main highway with plans to visit Tulum’s Playa Paraiso conveniently located nearby.
Dado la gran cantidad de iguanas tomando el sol, escondidos en la sombra, o casualmente dándose un paso por los senderos de Tulum, Plinio y yo creamos un juego chistoso mientras caminabamos de regreso por el “par 4 y par 5” al coche, se llama “Iguana cerveza” (o sea “I want a… [yo quiero] …en inglés). La primera persona empieza con “Iguana…(y luego algo que empieza con la letra “a”), la que sigue dice “Iguana… (y algo con la letra “b”), etc. etc. Estábamos en la letra “s” cuando llegamos a la plaza de artesanías, información turística, y de los danzantes de papantla cerca al estacionamiento. Allí, por solo 50 pesos, pudimos tomarles una foto a los danzantes de papantla con sus trajes elaborados (parte de su presentación incluye aventarse amarrados a una cuerda desde lo alto de un poste). Regresando al pick-up, nos dirijimos a la carretera principal con intenciones de visitar a Playa Paraiso, cerquita de donde estábamos.
In looking for Playa Paraiso we somehow ended up nearer the center part of Tulum, so we headed back and sought out signs for public beach access. Then, just when we should’ve probably made a left we turned right and bounced along in Pablo’s truck past numerous inviting cabaña hotels, hostels, and camping grounds. We continued along this way, thinking we would eventually come across an open public beach, and found ourselves at the entrance to the Sian Ka’an Biosphere Reserve. After the paved road turned to packed limestone and sand, we continued on until we reached the Boca Paila Camps of the Sian Ka’an Ecologic Center (CESIAK). We parked and proceeded up the steps to find ourselves overwhelmed with the Caribbean Sea on one side and the world famous salt water lagoons of Sian Ka’an on the other. As an ecolodge and education center, CESIAK also hosts volunteers for 6 months at a time to help with conservation and protection of sea turtles. Definitely worth a trip back!
Después de las aventuras del día, por fin nos sentamos a comer pescado fresco en La Cueva del Pescador en Akumal, donde pudimos apreciar a un jóven pescador descalzo llegar con un dorado de unos 5 pies de largo y 40 libras de peso, que llevaba en el hombro. Así es, era bien fresco el pescado, las cervezas frías y el roncito con coca lo servían con mucha enfasís en el lado del ron.
After the day’s adventures, we finally sat down to fresh fish dishes at La Cueva del Pescador in Akumal, where as we were seated a young barefoot fisherman ambled in with a 5 ft. approx. 40 lb. dorado fish across his shoulders. The fish was indeed fresh, the cervezas cold and the rum and coke was served up with a heavy emphasis on the rum side.
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