The Mayan Riviera is the most sought after spot for weddings in Mexico, for Mexicans and foreigners alike. After a short jaunt to Señor Frog’s in Playa del Carmen, we should say it is also high on the list for bachelorette parties in particular. Most hotels seem to offer wedding packages for groups large and small, and the attraction of a beach wedding is easily understood. An interesting tradition that has arisen in the days following a wedding is that of a photography session entitled “Trash the Dress.” I know, the name seems harsh yet it is an opportunity for the bride and groom to dress up once more in their wedding gear and immerse themselves in the crystal clear waters of the Caribbean, or perhaps a cenote, for a round of incredibly romantic portraits.
La Riviera Maya es el lugar más buscado para llevar a cabo bodas en todo México, tanto para Mexicanos como extranjeros. Después de un breve visita al Señor Frog’s en Playa del Carmen nos dimos cuenta que también es muy solicitado para las despedidas de soltera. Al parecer la mayoría de los hoteles ofrecen paquetes de boda para grupos pequeños o grandes, y el atractivo de una boda en la playa es muy fácil de comprender. Una tradición interesante que ha surjido para los días posteriors a una boda es la de hacer una sesión de fotos denominado “Trash the Dress” (o hechar a perder el vestido). Sí, suena un poco drástico pero es una oportunidad para los novios poner su ropa de boda de nuevo e sumergirse a las aguas cristalinas del Caribe, o quizás un cenote, para tomarse fotografías increíblemente románticas.
Accompanied by Pablo and Zyanya’s neighbors Ivan and Roselys, who also happen to be professional photographers and wedding photo connoisseurs, we loaded up the pick-up with waterproof bags hauling cameras and tripods, and made our way back to the cenote we had visited just the day before. After making another wine offering, and now accustomed to the dark recesses of the cavern, we carefully maneuvered the equipment through tunnels and over pools of water to the turquoise hues of the first photo session at the cenote. There, Pablo and Zyanya took on the role of models while Ivan and Roselys directed them into romantic poses both in and out of the water. Plinio and I did our best as production assistants, and I found yet another new vocation as “cenote waitress”, retrieving the bottle of wine from underwater during breaks.
Back in the cavern, Plinio worked his own camera magic to try and capture a glimpse of the wondrous tones reflected in the water and spreading over the stalactites.
Acompañados por Ivan y Roselys, los vecinos de Pablo y Zyanya, quienes son fotófrafos profesionales y conocederes de las bodas, subimos equipo de fotografía a la camioneta junto con sus bolsas impermeables y nos dirigimos de nuevo al cenote que habíamos visitado un día antes. Posterior a la ofrenda de vino, y ya más acostumbrados a los recesos oscuros de las cavernas, hicimos la maniobra cuidadosa con el equipo por los túneles y por encima de las pozas hasta los aguas turquezas al primer escenario fotográfico que era el cenote. Allí, Pablo y Zyanya se pusieron a modelar mientras Ivan y Roselys los dieron instrucciones para ponerse en poses románticos tanto dentro y fuera del agua. Plinio y yo hicimos lo mejor que pudimos en nuestros papeles de asistentes de producción, y saque otra vocación como “mesera del cenote,” nadando para la botella de vino durante los descansos. En la galería de la caverna Plinio también intentó realizar mágia con su cámara tratando de sacar una toma del cenote desde el interior de la cueva, con los tonos azules reflejados en el agua e incluyendo las formas caprichosas de las rocas.
We returned home where Sr. Calabaza was ready to show off his skills as the second stage for the Trash the Dress session. With newlyweds on board, Calabaza sprung to life as they drove circles around the lush subdivision where we are staying while working to capture another perfect shot.
Luego, regresando a la casa el Sr. Calabaza estaba puestísimo para tomar su papel como el segundo escenario de la sesión fotográfica. Con los recién casados a bordo, Sr. Calabaza resurgió a la vida mientras daban vueltas por el interior del fraccionamiento donde nos encontrábamos para que el fotógrafo los pudiera captar la foto perfecta.
The final background of the photo shoot was the beautiful Yal-kú inlet just steps away from the casita. It goes without saying Pablo and Zyanya were the perfect models. El escenario final de la session fue la hermosa caleta de Yal-kú apenas a unos cuantos pasos de nuestra casita. Ya ni se diga que Pablo y Zyanya fueron los modelos perfectos!
Following the Trash the Dress session, the models and production crew (all 6 of us) gathered at Café Olé in Puerto Aventuras for what had to be the best BBQ ribs we had ever tasted, the kind that melt in your mouth; it’s worth noting it was an “all you can eat” special for just $200 pesos (approx.. $17 US). Gary, who is perhaps in his 60s and owner of Café Olé for the past 16 years, strummed a guitar with a small group consisting of an enthusiastic base, drums, a sun-kissed American woman as back-up singer and a banjo. They ran through a repertoire including Los Lobos, Bob Dylan, Grateful Dead, Beatles, and el Tri (among others). Gary tells us the group used to be the “Gringos Perdidos” until it grew to include both Mexican and American musicians, and now they are “Lost and Found.”
Posterior a la sesión fotográfica de “Echar a perder el vestido”, los modelos y conjunto de producción (un total de 6) nos reunimos en Café Olé en Puerto Aventuras para lo que a lo mejor fueron las mejores costillas de BBQ que habíamos probado, de las que see deshacen en la boca como si fueron hechas de mantequilla, cabe mencionar que era una promocion de “todo lo que te puedas comer por $200 pesos.” Gary, quien ha de tener unos 60 años y ha sido propietario del Café Olé durante los últimos 16 años, tocaba una guitarra al lado de un pequeño grupo que consistía en un chavo muy animado tocando el bajo, otro a la bateria, una mujer Americana bronceada como segunda voz y otro amigo hechándose un palomaso con un banjo. Su repertorio consistía en canciones de Los Lobos, Bob Dylan, Grateful Dead, los Beatles y el Tri (entre otros). Gary nos comentó que el grupo antes se llamaba los “Gringos Perdidos” hasta que creció para incluir tantos Mexicanos como Estadounidenses, y ahora se llaman “Lost and Found” (o sea, Perdidos y Encontrados).
On the beach side of the highway, Puerto Aventuras is an astounding development with hotels, condos, homes, marinas, open air café like restaurants, small shops, and home to “Dolphin Discovery” with a large pool housing a number of dolphins right in the middle of “town.” To wrap up the night, we strolled around the marina and then headed back to Akumal.
Situado al lado de la playa de la carretera, Puerto Aventuras es un desarrollo sobresaliente con hoteles, condos, casas, marinas, restaurantes al aire libre, tienditas y también contiene una marina que se convirtió en delfinario (Dolphin Discovery) en medio del “pueblito.” Para terminar la noche, paseamos por la marina y regresamos a Akumal.
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