jueves, 26 de mayo de 2011

A visit to the welder’s shop

Due to either the hearty plate of marlin and crab tacos from upon our arrival, or Sr. Calabaza’s 40 years of beach combing, as soon as Plinio sat down in the driver’s seat he felt something was out of place. In looking down, we could see the metal section where the back part of the seat attaches to the bottom was broken. So, after a good night’s rest, and having removed the seat in question from Sr. Calabaza, one of our first stops in Akumal was to the welder.  The town of Akumal (on the North side of the highway) is approximately 4 blocks wide and maybe 10 blocks long. José Luis, the welder, is located on the last street and to the right, and says he has been doing odds and ends on Calabaza for a number of years. We left the seat and headed back over the bridge to the South (beach) side of town.


Debido o al plato sustancioso de tacos de marlin y jaiba después de nuestra llegada, o quizás a los 40 años de Sr. Calabaza de andar en la playa, en el momento que Plinio se sentó en el asiento del chofer ya sentía que algo estaba fuera de lo normal. Al inspeccionar la situación, pudimos ver que la parte que unía el respaldo con el asiento se rompió. Entonces, después de una noche de descanso, y al quitar el asiento del Sr. Calabaza, una de nuestras primeras paradas en Akumal fue con el herrero. El pueblo (ciudad?) de Akumal al lado norte de la carretera mide aproximadamente 4 cuadros de ancho y tal vez unos 10 cuadros de largo. José Luis, el herrero, se encuentra en la última calle y a la derecha, y nos comenta que le ha estado haciendo diferentes trabajos al Sr. Calabaza durante años. Dejamos el asiento y nos dirijimos al otro lado del Puente, el lado sur playero del pueblo.


 
After grabbing lunch from a “carrito” that passes near cousin Pablo’s office, we made our way to the convenient parking lot situated near the public beach access, which also takes one into the Akumal Ecologic Center (CEA) and turtle protection area. Pablo tells us following an in-depth scientific study, in the most recent census Akumal’s population included 60 resident turtles. Akumal’s name itself means “place of the turtles” as Ak means turtle in Mayan. After a short walk down a beautifully maintained entrance, there lay the Caribbean once again. It takes my breath away every time I see it! We enjoyed our first dip into the Sea and then walked along the pristine white sands, passing excursions of snorkelers headed to catch a glimpse of a turtle or two.  

Después de echarnos un “lonche” de un carrito que pasa cerca a la oficina de Pablo, fuimos al estacionamiento cerca del acceso público a la playa, lo cual también le lleva uno al Centro Ecologico Akumal (CEA) y el area de protección de la tortuga. Pablo nos había comentado que posterior a un largo estudio científico, el censo más reciente de Akumal contaba con 60 tortugas residentes. El nombre de Akumal en si significa “el lugar de las tortugas,” dado que Ak significa tortuga en Maya.  Después de caminar unos cuantos pasos por la entrada bien cuidada, allí de nuevo nos esperaba el Caribe. Cada que lo veo me quita la respiración! Nos metimos por primera vez al mar y caminamos por las pristinas playas blancas, pasando varias excursiones que llevaban a grupos a “esnorkelear” que iban con esperanzas de ver a una tortuga o más.

We also wandered into the CEA building, where we came across an impressive sea mural and a general overview of the area, including a description of the famous cenotes (underground rivers) of the Yucatan. Imelda’s, a small restaurant in back of the CEA, looked tempting and we plan to go back – as it is also one of the two spots where you can get your parking pass stamped in order to pay 2 pesos for your first hour, rather than 20. With the afternoon lingering on, we returned home and snorkeled through the remarkable inlet just a 5 minute walk away from our temporary casita.

También entramos al edificio de la CEA, donde encontramos un mural impresionante referente a la vida marina así como una descripción de los famosos cenotes (rios subterraneos del Yucatan). El restaurante Imelda’s, en la parte de atrás del CEA, nos llamaba y planeamos regresar a probarlo – dado que también es uno de los dos lugares donde te sellan el boleto de estacionamiento para que pagues solo 2 pesos la primera hora en vez de 20.  Mientras pasaba la tarde, regresamos a la casa e hicimos un paseo de “esnorkel” por la caleta impresionante a solo 5 minutos caminando de nuestro hogar provisional.
As the sun began to sink, we drove back into town to see how Calabaza’s seat was doing.  When we drove up to the welder’s, we could see the seat perched on the ground; José Luis showed us the clasps he had concocted to try and extend a few more minutes of life from it. As we lifted the seat into the back of Pablo’s pick-up, José Luis added, “well, in fact, this [the seat] doesn’t work” as we all agreed at least one new seat would be in order – and so the list of items begins. Anyone interested in sponsoring a couple of new seats? Those from any vocho (VW bug) would be fine. 
Cuando empezó a bajar el sol, regresamos al pueblo para ver como iba el trabajo con el asiento del Sr. Calabaza. Al llegar al taller del herrero, pudimos ver el asiento sentado en el piso; José Luis nos mostró los broches que había elaborado para extenderle la vida unos minutos más a la pieza. Al subir el asiento a la camioneta de Pablo, José Luis agregó, “pues….de hecho, esto no sirve” mientras todos nos acordamos que ya sería justo conseguir un asiento nuevo – entonces así empieza la lista de refacciones. A alguién le interesaría patrocinar un par de asientos?  Cualquier asiento de un vochito será suficiente.


No hay comentarios:

Publicar un comentario