Cuernavaca, Morelos. City of Eternal Spring. Home away from home. Being in Cuernavaca in some ways feels like we have completed our journey, though in reality we are only about half way. Yet, as this is Plinio’s hometown, where we first met, were married, and lived prior to moving up to Puerto Peñasco, it is just like coming home. Just as after any trip away from home, our first task was laundry. Next step was a drive to the zócalo (main city plaza) in Sr. Calabaza to see if we would run into any familiar faces at the corner restaurant La Universal, which has sat cati-corner to the impressive State Government offices since 1936. We saw the neighboring plaza Jardín Juárez, which displays a kiosk originally designed by Gustave Eiffel in 1890 (yes, that Eiffel), was undergoing extensive renovation work. We drove around the city center, noticing a handful of other changes in front of the Palacio de Cortez; we saw the large statue of José María Morelos, a central figure from Mexico’s War for Independence, had been moved back in front of the folkart market next to the Palacio, while a new statue honoring Mexican Revolution leader Emiliano Zapata was now at the far east end of the zócalo.
Cuernavaca, Morelos. La Ciudad de la Eterna Primavera. Nuestro hogar fuera de nuestro hogar. Estando en Cuernavaca en algunas formas es como si hubiéramos terminado con nuestro viaje, aunque cuando en la realidad nos encontramos solo a la mitad del camino. Sin embargo, dado que Plinio es de aquí, y aquí es donde nos conocimos por primera vez, donde nos casamos y vivíamos antes de mudarnos a Puerto Peñasco, es como llegar a casa. Como después de cualquier viaje, nuestra primera tarea fue lavar ropa. El próximo paso fue dar una vuelta al centro y al zócalo con el Sr. Calabaza para ver si pudiéramos encontrar algunas caras conocidas en el restaurante La Universal, que ha estado contra esquina del Palacio del Gobierno del Estado desde 1936. Vimos que había un proyecto extensivo de remodelación en el Jardín Juárez donde también se encuentra un kiosko originalmente diseñado por Gustave Eiffel en 1890 (asi es, el Eiffel de la torre). Manejamos por el centro de la ciudad, y dimos cuenta de otros cambios enfrente del Palacio de Cortez; vimos que la estatua imponente de José María Morelos, un personaje central en la independencia Mexicana, ahora se encontraba enfrente del mercado de artesanías al lado del Palacio, mientras en su lugar en el lado este del zócalo había una estatua en honor al revolucionario Emiliano Zapata.
At La Universal we were warmly greeted by our favorite tobacco shop owner, Raffa, whose small tobacco shop sits next to La Universal. It was nice to see that evena number of the waiters recognized us and enthusiastically came over to greet us. As we sat and chatted with Raffa and another amigo, Pedro, we soon realized that as much as things may change, they tend to stay the same…just getting a bit older. When we would ask about one acquaintance, we would be told – "oh, they’re the same, the same…just older". How about another acquaintance, "oh the same, the same….just older". How about the city as a whole? Oh, the same, the same – just a bit older.
Llegando a La Universal, nos recibió con alegría nuestro tabaquero favorito, Raffa, cuya tabaquería se encuentra al lado de La Universal. Fue grato que varios de los meseros nos reconocieron y nos vinieron a saludar emotivamente. Estando allí platicamos con Raffa y otro amigo, Pedro, y nos dimos cuenta que por lo más que se cambian las cosas, también suelen quedarse igual…aunque un poco más viejo. Cuando preguntábamos por un amigo, nos decían “ah, es igual, igual, igual…pero más viejo.” Al preguntar por otro, “igual, igual, igual…pero más viejo.” Y la ciudad en sí? Igual, igual, igual…pero un poco más vieja.
Esta noche regresamos al centro, a Los Arcos al lado del zócalo, con Marlene, media-hermana de Plinio, y nos dio gusto ver que habíamos llegado en una noche cuando el ambiente su puso alegre con música en vivo mientras un grupo tocaba canciones de salsa y cumbia, y parejas daban vueltas por el espacio pequeño de baile entre las mesas.
Antes de dirigirnos a la casa por las calles casi vacías, nos paramos en La Cubana sobre Plan de Ayala para echarnos una cenita de unos ricos tacos al pastor. Ya sentíamos en casa.
That evening, we returned to Los Arcos by the zócalo with one of Plinio’s half-sisters, Marlene, and were pleased to see we had come on a night where the atmosphere was enriched with live music as a group played salsa and cumbia into the night sky as couples swirled around the makeshift dance space between tables.
Bienvenidos, héroes del pavimento y de la rueda, gracias por llevarnos a través de su travesía, la he disfrutado, merecido descanso en cuernavaca, abrazos
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